Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

Despertando a la Iglesia

Vigésimo Quinto del Tiempo Ordinario

Una de las preguntas que más me cuestiono a mí mismo, y que estoy seguro muchos de ustedes también, es por qué los jóvenes, especialmente en su adolescencia, dejan de asistir a la iglesia? Que es lo que hace que cuando piden a sus hijos venir a la iglesia, fruñen el cejo como si les estuvieran pidiendo la cosa más difícil del mundo? Que es lo que hace que conforme van creciendo tienen menos atracción por la iglesia, pero más por el mundo secular. Recientemente, el obispo Robert Barron, obispo auxiliar de Santa Barbara, condujo un estudio de porque los jóvenes dejan de practicar el cristianismo y encontró que las razones no son muy convincentes. Según el obispo Barron, aun cuando es verdad que el secularismo esta activamente atentando a desaprobar los valores cristianos, es culpa de los maestros, catequistas, evangelistas y académicos dentro de las iglesia de no estar haciendo lo suficiente por mantener a los jóvenes comprometidos y menciona algunas de las causas principales del porque los jóvenes está dejando la vi- da cristiana. Un momento, y que hay de los padres? No son ellos los primeros maestros y catequistas de estos niños? Son los primeros en ensenar de palabra y ejemplo los valores de la vida cristiana.

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Esa fue la promesa que hicieron el día en que llevaron a sus niños a bautizar. Tristemente, muchas veces yo no veo ese compromiso, ese celo, esa pasión en los padres de comprometer a sus hijos y mantenerlos comprometidos al tiempo que van creciendo. Es tan triste ver, por ejemplo, mamas que vienen a las iglesias solas porque el marido no quiso venir y los hijos, claro, toman esta excusa para no venir tampoco. Es triste oír a los padres decir que sus hijos ya no quieren venir a la iglesia. Si es triste pero lo podemos cambiar! Papa, mama, despierten! Es interesante que hay algunos padres que abren una cuenta de banco cuando nace su niño para invertir en su futuro. No deberíamos de hacer lo mismo de investir en su vida espiritual. Hoy es el día! Este es el momento! Comiencen a orar juntos; a venir a la iglesia juntos; a estudiar y leer la biblia juntos. Pa- pa, mama, por el bien de la vida espiritual de sus hijos, por favor despierten! Dios los bendiga!

Lecturas de la Semana

Lunes: Prov 3:27-34; Sal 15 (16):2-5; Lc 8:16-18
Martes: Prov 21:1-6, 10-13; Sal 119 (118):1, 27, 30, 34, 35, 44; Lc 8:19-21
Miércoles: Ef 4:1-7, 11-13; Sal 19 (18):2-5; Mt 9:9-13
Jueves: Ecl 1:2-11; Sal 90 (90):3-6, 12-14, 17bc; Lc 9:7-9
Viernes: Ecl 3:1-11; Sal 144 (143):1b, 2abc, 3-4; Lc 9:18-22
Sábado: Ecl 11:9 — 12:8; Sal 90 (89):3-6, 12-14, 17; Lc 9:43b-45
Domingo: Am 6:1a, 4-7; Sal 146 (145):7-10; 1 Tim 6:11-16; Lc 16:19-31

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario; Domingo Catequético
Lunes: San Jenaro
Martes: Santos Andrés Kim Tae-gŏn, Paul Chŏng Ha-sang y compañeros
Miércoles: San Mateo, apóstol y evangelista
Jueves: Inicio del Otoño
Viernes: San Pío de Pietralcina (Padre Pío)
Sábado: Santa María Virgen

Somoso Responsables por los Demás

El Concilio Vaticano II nos ha llamado a imaginar la Iglesia como el pueblo de Dios. Como una comunidad de creyentes somos responsables por nuestros hermanos, por su salvación, su peregrinar en la fe, su bienestar físico. Muchos de los documentos del Concilio y volúmenes de trabajos desde mediados de la década del 60 nos dan consejos, guías y ánimo para ayudarnos unos a otros: a los pobres, a los ancianos, a los no nacidos, a los quebrantados, a los enfermos.

Porque el Concilio Vaticano II es parte de nuestra reciente historia –sin duda muchos de nosotros ya habíamos nacido– esto nos puede parecer una idea nueva y revolucionaria. Pero las lecturas de hoy nos muestran que las enseñanzas sobre justicia social han existido siempre. Ochocientos años antes de nacer Cristo, Amós advirtió a los ricos que no engañaran a los pobres. En la primera carta de Pablo a Timoteo, él insiste en que todas las oraciones sean por todos; y finalmente, el Evangelio enfatiza la importancia de usar sabiamente el dinero.

Quédate, Señor, Conmigo

Plegaria del Padre Pío para después de la Comunión

Has venido a visitarme,
como Padre y como Amigo.
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Por el mundo envuelto en sombras
voy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia.
¡Quédate, Señor, conmigo!

En este precioso instante
abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Acompáñame en la vida.
Tu presencia necesito.
Sin Ti desfallezco y caigo.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Declinando está la tarde.
Voy corriendo como un río
al hondo mar de la muerte.
¡Quédate, Señor, conmigo!

En la pena y en el gozo
sé mi aliento mientras vivo,
hasta que muera en tus brazos.
¡Quédate, Señor, conmigo!

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