Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

¿Sabes Amar?

Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

“El Señor es compasivo y misericordioso.”Sal. 102

Muchos creen que aman a alguien y en realidad pueden estar amándose solo a sí mismos, pues no saben amar. El amor no es egoísta, sino todo lo contrario, busca el bien del amado.

El amor nos dice la biblia que es lo más importante, lo esencial de la vida divina, es el primer fruto que da el Espíritu Santo, por ello dirá también que sin amor nada soy, ni de nada me aprovecha los logros que alcance en esta tierra, pues sin ese amor divino estoy muerto en realidad.

“El que no ama no conoce a Dios.”1 Jn 4,8

Y ¿cómo es ese amor que me da vida, sin el cual nada soy, pues ni tengo vida ni puedo darla?

“La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.”1 corintios 13,4ss

La caridad no busca su interés, es decorosa, no es grosera ni se impone, es respetuosa. El amor es dar más que recibir, como expresa muy bien la famosa oración de San Francisco de Asís: ¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto ser consolado como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar.

Todo esto puede servirnos de auto revisión: ¿sé amar así? ¿Busco recibir o dar? ¿Busco ser amado o amar? ¿Busco el bien y crecimiento del que amo, su bien estar y felicidad ante Dios o busco imponer mi capricho egoístamente?

El amor cristiano no es un sentimiento, es voluntad y acción en favor del prójimo. Es lo que nos asemeja a Dios, que es amor. Un amor que no depende de los demás, de si son buenos o malos, simpáticos o antipáti- cos. Amamos si tenemos la raíz en Dios, daremos frutos de Dios, a todos, a buenos y malos.

“Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los peca- dores lo hacen.”Mateo 5,44ss

Si supiéramos el bien que nos hace amar, no perderíamos oportunidad de practicarlo, toda clase de obras buenas, de caridad, material o espiritual, pues ahí es donde tenemos oportunidad de hacer tesoros en el cielo, hacer presente el Reino de Dios, complacer a Dios y corresponderle a tanto amor que nos da. Es lo mejor que podemos hacer con la vida, dones y talentos que nos da: de hecho, es ese justamente el fin para el que tenemos esta vida y lo que le da su sentido máximo. Es el modo de ser verdaderos discípulos de Cristo, sus amigos, sus íntimos, y de hacernos morada suya.

Lecturas de la Semana

Lunes: Sir 1:1-10; Sal 93 (92):1-2, 5; Mc 9:14-29
Martes: Sir 2:1-11; Sal 37 (36):3-4, 18-19, 27-28, 39-40; Mc 9:30-37
Miércoles: Jl 2:12-18; Sal 51 (50):3-6ab, 12-14, 17; 2 Cor 5:20 — 6:2; Mt 6:1-6, 16-18
Jueves: Dt 30:15-20; Sal 1:1-4, 6; Lc 9:22-25
Viernes: Is 58:1-9a; Sal 51 (50):3-6ab, 18-19; Mt 9:14-15
Sábado: Is 58:9b-14; Sal 86 (85):1-6; Lc 5:27-32
Domingo: Gn 2:7-9; 3:1-7; Sal 51 (50):3-6, 12-13, 17; Rom 5:12-19 [12, 17-19]; Mt 4:1-11

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