La Familia
La Sagrada Familia de Jesús, María y José
“El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.” Lucas 2, 40
En esta fiesta de la Sagrada Familia, queremos ofrecer a todas las familias bendiciones. “Familia” puede tener muchas connotaciones diferentes en estos días. En los Estados Unidos, la familia “padre, madre, hijo” es menos común ahora, y las familias católicas numerosas no son tan comunes como antes. El concepto de familia es más fluido con muchas formas de familias mezcladas debido a segundos matrimonios, hogares multigeneracionales y otros arreglos de vida. En una encuesta reciente realizada por el centro de investigación Pew, cuatro de cada diez bebés nacen de madres solteras. Otros niños están siendo criados por abuelos o padres adoptivos. En la historia de hoy en Génesis, Abraham estaba listo para conceder a otra forma de familia, haciendo heredero al hijo de uno de sus siervos. La lectura de Hebreos reitera la historia del Génesis, y “sus descendientes serán más numerosos que las estrellas”. El Evangelio relata el relato de la presentación en el templo.
El Poder de los Rituales Prescritos
José y María presentaron a Jesús en el Templo a los ocho días, como prescribía la Ley de Moisés. Para muchas familias católicas, el ropón del bautismo pasaba de generación en generación y la celebración del Bautismo era esplendida. Lamentablemente, en nuestra cultura, los bautismos están disminuyendo. Hay muchas razones para que esto esté pasando, hay pocas personas que practican su catolicismo, más matrimonios interreligiosos, se realizan más matrimonios civiles y menos en la Iglesia también hay problemas o malentendidos que alejan a las personas. Muchos católicos han abandonado por completo a la Iglesia debido a la forma en cómo fueron tratados. Para algunos la parroquia no es un lugar donde son bienvenidos. Para otras personas, el Bautismo se ha convertido en solo un ritual que tienen que hacer por la ocasión del compadrazgo de los padrinos.
El Ejemplo en Nuestros Mayores
Cuando alguien presenta a un bebé o niño para su bautismo, algunas personas podrían juzgar fácilmente esta situación ya sea porque los padres no conocen bien las respuestas o no están bien vestidos, o “¿por qué esa madre soltera pide el Bautismos para su bebé durante la Misa?” Pon atención que el Evangelio no dice nada acerca de la forma cómo los sacerdotes recibieron a Jesús; por el contrario, habla de Simeón y Ana. Ellos merecen una reflexión aparte. Simeón es un hombre devoto que está ahí esperando una señal especial, que él ve cumplida cuando ve al Niño Jesús. Ana solo está orando en el Templo, como acostumbraba. Después de la presentación de Jesús, ella hace
lo mejor que sabe hacer, ella regresa a orar al Templo. Quizá estas lecturas nos enseñan cómo siendo una comunidad de fe puede ver lo sagrado en aquellas familias que piden el Bautismo para sus hijos, y los reciben como Ana y Simeón. ¡Qué todos aprendamos de su sabiduría!
Lecturas de la Semana
Lunes: 1 Jn 1:5 — 2:2; Sal 124 (123):2-5, 7b-8: Mt:13-18
Martes: 1 Jn 2:3-11; Sal 96 (95):1-3, 5b-6; Lc 2:22-35
Miércoles: 1 Jn 2:12-17; Sal 96: (95)7-10; Lc 2:36-40
Jueves: 1 Jn 2:18-21; Sal 96 (95):1-2, 11-13; Jn 1:1-18
Viernes: Nm 6:22-27; Sal 67 (66):2-3, 5, 6, 8; Gál 4:4-7; Lc 2:16-21
Sábado: 1 Jn 2:22-28; Sal 98 (97):1-4; Jn 1:19-28
Domingo: Is 60:1-6; Sal 72 (71):1-2, 7-8, 10-13; Ef 3:2-3a, 5-6; Mt 2:1-12