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Iglesia Católica / Pacoima, CA

El Plan de Reconstrucción de Dios

Segundo Domingo del Adviento

“Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla a tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del espíritu, gozosos porque Dios se acordó de ellos.” Baruch 5:5

Hoy Lucas anuncia solemnemente los nombres de los poderes seculares y sagrados que creían tener en sus manos el destino del mundo. Pero se perdieron por completo el acontecimiento decisivo que cambió para siempre la historia religiosa y política del mundo. Cuando nadie escuchaba, la Palabra de Dios llegó a un don nadie, Juan el Bautista, y no en el santuario del templo o en la sala del trono de un palacio, sino “en la calle”, la Palabra que un día limpiaría el templo y derribaría tronos. Los poderosos nombres que anuncia Lucas no eran populares entre la gente común: los tiempos eran difíciles, la economía era mala, la gente tenía que arreglárselas con menos; y esos nombres recordaban a la gente común que gran parte de la vida estaba fuera de su control. ¿Les resulta familiar? Sin embargo, justo en ese momento, cuando muchos estaban lejos de la esperanza, Dios actuó con decisión para salvar al pueblo.

Escuchamos a Baruc, en la primera lectura, imaginando nuestro mundo roto renaciendo: los dispersos siendo llevados a Casa, las lágrimas enjugadas, la rectitud y la justicia, la paz y la adoración. Cómo quisiéramos que todo esto fuera verdad. Pablo declara que será verdad, optimista de que Dios, que ya ha comenzado una obra tan buena en nosotros, seguirá completándola para el día del regreso glorioso de Cristo, aumentando nuestro amor y agudizando nuestro discernimiento de los valores que perduran. Así pues, deberíamos comenzar esta segunda semana de Adviento revigorizados con la esperanza en el plan de Dios para la salvación del mundo. Pero Juan el Bautista nos recuerda que el “plan de reconstrucción” de Dios para la transformación del mundo comienza mucho más cerca de casa: ¿qué giros de mi propia vida hay que desenredar, qué montañas elevadas de mi propio orgullo y egocentrismo hay que rebajar, qué valles profundos de mi propia indiferencia y negligencia hay que rellenar? Ven, Señor Jesús, y haz que toda la creación sea nueva, pero empieza aquí y ahora conmigo.

Lecturas de la Semana

Lunes: Is 35:1-10; Sal 85 (84):9-14; Lc 5:17-26
Martes: Is 40:1-11; Sal 96 (95):1-3, 10ac, 11-13; Mt 18:12-14
Miércoles: Gn 3:9-15, 20; Sal 98 (97):1-4; Ef 1:3-6, 11-12; Lc 1:26-38
Jueves: Is 41:13-20; Sal 145 (144):1, 9-13ab; Mt 11:11-15
Viernes: Is 48:17-19; Sal 1:1-4, 6; Mt 11:16-19
Sábado: Sir 48:1-4, 9-11; Sal 80 (79): 2ac, 3b, 15-16, 18-19; Mt 17:9a, 10-13
Domingo: Sof 3:14-18a; Is 12:2-3, 4, 5-6; Fil 4:4-7; Lc 3:10-18

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Segundo Domingo de Adviento
Lunes: San Nicolás
Martes: San Ambrosio; Día para Recordar Pearl Harbor
Miércoles: La Inmaculada Concepción de la Virgen María
Jueves: San Juan Diego
Viernes: Nuestra Señora de Loreto
Sábado: San Dámaso I

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