Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

El Amor es Real

Sexto Domingo de Pascua

“Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo les he amado.” Juan 15:12

El amor. Se han hecho canciones y libros, obras de teatro y obras maestras de arte para transmitir la verdad de que el amor es real. Como cristianos sabemos que el amor es de Dios. Al entregar su vida, Jesús derrama el amor desinteresado, sacrificado e imperecedero de Dios. Jesús abre la puerta a una nueva relación entre Dios y la humanidad, la de la amistad, la de la cercanía íntima. Jesús nos llama a mostrar este mismo amor por los demás, sabiendo que, al hacerlo, cumplimos la voluntad de Dios. Como atestigua el relato de Pedro, Cornelio y todos los de su casa, este gran amor de Dios no puede ser incluido en nuestras nociones preconcebidas de cómo son las cosas en el mundo.

La Llamada y la Causa del Amor

El amor nos llama y nos hace hacer cosas grandes, más de las que nos creemos capaces. Mientras que algunos están llamados a dar su vida como mártires, la mayoría de nosotros nos encontramos llamados a dar nuestra vida en formas pequeñas en medio de la vida cotidiana. Los padres de familia pierden el sueño en los primeros momentos de la vida de su bebé, y una vez más cuando los adolecentes maduran y adquieren independencia. Los hijos adultos cambian sus planes para cuidar de sus padres ancianos. Escuchamos la llamada del amor cuando nos volvemos atentos y respondemos a las necesidades de los pobres, personas solas, enfermas y vulnerables. El amor nos lleva a dar un giro a nuestras vidas, a esforzarnos por parecernos más como Cristo en nuestras palabras y acciones. Pedro siguió esta llamada de amor cuando entró en la casa de Cornelio, un hombre que no era judío. Probablemente él y quienes lo acompañaban se quedaron tan sorprendido por la efusión del Espíritu Santo, pero el amor hizo que Pedro viera más allá de los límites aceptados de la religión y la raza, y en cambio viera la evidencia del gran amor del Señor.

El Camino del Amor Lleno de Alegría

Seguir al Señor nos llama a sacrificarnos por el bien de los demás, dando nuestra atención, tiempo y recursos para compartir el cuidado y la compasión de Cristo. Jesús nos muestra que, darnos a nosotros mismos, derramándonos a nosotros mismos en el amor por los demás, es una forma de vida llena de alegría. La alegría es más que un sentimiento y es más profunda que la felicidad. La alegría viene con la seguridad de que Cristo está con nosotros cuando nuestras vidas reflejan la vida y el camino de nuestro Maestro. La alegría es una sensación de plenitud al conocer y compartir el amor de Cristo. Cuando nos acercamos con amor, la alegría de Cristo llena nuestros corazones. Fortalecidos por el poder del Espíritu Santo, encontramos la gracia de seguir el mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros.

Lecturas de la Semana

Lunes: Hch 16:11-15; Sal 149:1b-6a, 9b; Jn 15:26 -16:4a
Martes: Hch 16:22-34; Sal 138 (137):1-3, 7c-8; Jn 16:5-11
Miércoles: Hch 17:15, 22 — 18:1; Sal 148:1-2, 11-14; Jn 16:12-15
Jueves: Hch 1:1-11; Sal 47 (46):2-3, 6-9; Ef 1:17-23 o Ef 4:1-13 [1-7, 11-13]; Mc 16:15-20 (para la Ascensión); o Hch 18:1-8; Sal 98 (97):1-4; Jn 16:16-20
Viernes: Hch 1:15-17, 20-26; Sal 113 (112):1-8; Jn 15:9-17
Sábado: Hch 18:23-28; Sal 47 (46):2-3, 8-10;Jn 16:23b-28
Domingo: Hch 1:15-17, 20a, 20c-26; Sal 103 (102):1-2, 11-12, 19-20; 1 Jn 4:11-16; Jn 17:11b-19; o, para la Ascensión, Hch 1:1-11; Sal 47:2-3, 6-9; Ef 1:17- 23 o Ef 4:1-13 [1-7, 11-13]; Mc 16:15-20

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Sexto Domingo de Pascua; Día de las Madres
Lunes: San Damián de Veuster; San Juan de Ávila
Miércoles: San Nereo y san Aquiles; San Pancracio; Eid al Fit’r (la fiesta musulmana al final de Ramadán) se celebra al atardecer
Jueves: La Ascensión del Señor (a menos que sea transferida al domingo); o Nuestra Señora de Fátima
Viernes: San Matías
Sábado: San Isidro, labrador; Día de las Fuerzas Armadas

Nuestra Señora de Fátima Fiesta – 13 de mayo

María se apareció a tres niños campesinos cerca de Fátima, Portugal, seis veces entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, y pidió oraciones por la paz mundial y el fin de la Primera Guerra Mundial, por los pecadores y por la conversión de Rusia. Les confió a los niños tres secretos: la devoción a su Inmaculado Corazón, una visión del infierno y un “obispo de blanco” baleado por soldados que disparaban balas y flechas. Muchos relacionan el tercer secreto con el intento de asesinato del Beato Papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, y el Papa agradeció a María por guiar la bala y salvarlo. En el Vaticano el pasado 13 de octubre, el Papa Francisco se paró ante la estatua de Nuestra Señora del santuario de Fátima y confió formalmente el mundo a María.

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