Misión de Cristo y Misión de la Iglesia
3er Domingo del Tiempo Ordinario
“Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.”Sal. 18
Hemos sido ungidos por el Espíritu como Jesús, para llevar a cabo esa misma misión con la que El vino a este mundo.
“El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.”Lucas 4,18.
Es el texto que cita Jesús de Isaías considerando que viene a cumplirlo, pues El es el ungido y viene a cumplir esta misión, que hoy sigue teniendo la Iglesia que es su cuerpo. Teniéndole a Él por cabeza, todos nosotros, con los diversos dones y carismas que recibimos, estamos llamados a continuar esa misión de ser luz del mundo, para abrir los ojos a los ciegos, anunciándoles la buena nueva de la salvación. Lo que Jesús hizo con nosotros, nos pide que hagamos con los demás. Gratis lo han recibido, denlo gratis. Como el Padre me envió, yo los envío. Ustedes son la luz del mundo, brille su luz ante los hombres para que viendo sus buenas obras glorifiquen al Padre del cielo.
Somos ungidos con su mismo Espíritu, llamados a ser ciudadanos del Cielo, embajadores suyos en la tierra; esta es nuestra vocación divina, ser guiados por el Espíritu como hijos de Dios, teniendo a Cristo por cabeza, para hacer presente su Reino, como nos enseña a pedir en el Padre nuestro.
Construir su reino en la tierra comienza por dejarle reinar en nuestros corazones y en toda nuestra vida, para que así seamos semillas de su Reino, y muchos siguiéndonos a nosotros le sigan a El. Vivir los valores del evangelio es hacer presente su Reino y construirlo. Podemos hacerlo de modos diferentes según los dones y carismas de cada uno, pues no todos somos iguales; unos son buenos para practicar obras de misericordia corporales y otros espirituales.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito» Necesitamos unos de otros y nos complementamos. No todos tenemos los mismos talentos y carismas pues, así como el cuerpo necesita diversos miembros así también el cuerpo místico de Cristo tiene diversos grupos y personas con diversos carismas y dones.
Lo importante es mantenerse unidos a la cabeza, pues solo así podemos servir a Cristo y serle de utilidad dando fruto y siendo miembros vivos de su cuerpo, que ponen sus dones al servicio de los demás, así como los miembros del cuerpo. Todos son necesarios. Cristo nos necesita a todos.
“Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros… Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.”1 Co 12
¡Devociones, explicadas! | Bendición de San Blas para la Garganta
Tal vez sea un ejemplo de la divina providencia que la fiesta de San Blas caiga el 3 de febrero, ijusto en medio de la temporada de resfriados y gripe! Este santo armenio del siglo IV fue obispo y mártir y es venerado como el patrón de aquellos que sufren de enfermedades de la garganta.
En el día de su fiesta, los católicos reciben tradicionalmente una bendición de la garganta. Esta bendición es administrada por un sacerdote, diácono o un ministro laico que sigue los ritos y oraciones designados para un laico. Durante la bendición, el ministro toma dos velas que fueron bendecidas en la fiesta de la Presentación y hace una cruz frente a la garganta, diciendo: “Por la intercesión de San Blas, obispo y mártir, que Dios te libre de toda enfermedad de la garganta y de cualquier otra enfermedad”. A continuación, un sacerdote o diácono hará la señal de la cruz.
Lecturas de la Semana
Domingo: Neh 8, 2-4. 5-6. 8-10/Sal 18, 8. 9. 10. 15 (ver Jn 6, 63)/1 Co 12, 12-30 o 12, 12-14. 27/Lc 1, 1-4; 4, 14-21
Lunes: Heb 9, 15. 24-28/Sal 97, 1. 2-3. 3-4. 5-6/Mc 3, 22-30
Martes: Heb 10, 1-10/Sal 39, 2 y 4. 7-8. 10. 11/Mc 3, 31-35
Miércoles: Heb 10, 11-18/Sal 109, 1. 2. 3. 4/Mc 4, 1-20
Jueves: Heb 10, 19-25/Sal 23, 1-2. 3-4. 5-6/Mc 4, 21-25
Viernes: Heb 10, 32-39/Sal 36, 3-4. 5-6. 23-24. 39-40/Mc 4, 26-34
Sábado: Heb 11, 1-2. 8-19/Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75/Mc 4, 35-41
Domingo Siguiente: Mal 3, 1-4/Heb 2, 14-18/Sal 23, 7. 8. 9. 10/Lc 2, 22-40 o 2, 22-32
Conmemoraciones de la Semana
Domingo: 3er Domingo del Tiempo Ordinario; Semana de escuelas católicas
Lunes: Santa Ángela de Mérici, virgen
Martes: San Tomás de Aquino, sacerdote y doctor de la Iglesia
Viernes: San Juan Bosco, sacerdote
Domingo Siguiente: La Presentación de Jesús, Día mundial de la vida consagrada