Un Cristo, Un Cuerpo
Tercer Domingo del Tiempo Ordinario
“Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor.” Nehemias 8:10
Nuestro calendario litúrgico separa las diferentes escenas del Evangelio, lo que a veces puede hacerles un flaco favor. El año litúrgico, por supuesto, tiene su propio ritmo y finalidad, en el que insertan los relatos de la vida de Jesús. Sin embargo, cuando Lucas organizaba su Evangelio (para “Teófilo”, el amigo de Dios que encontramos en la introducción del Evangelio de hoy), la escena de hoy formaba parte de una estructura triple: el bautismo de Jesús, las tentaciones en el desierto, el anuncio de la misión pública en la sinagoga de Nazaret. El vínculo es el Espíritu Santo, que descendió sobre el cuerpo de Jesús en su bautismo, que llenó su cuerpo mientras soportaba su prueba de cuarenta días, y que está sobre su cuerpo para anunciar y realizar el reino de Dios, misión que cumple con su cuerpo en la cruz. La encarnación (el “encarnarse”) de Jesús, que pensamos en relación con su nacimiento, sigue siendo el centro de su historia.
La lectura de Corintios de la semana pasada se refería al único Espíritu que otorga muchos dones, pero que es la fuente de nuestra unidad. Pablo continúa hoy este tema utilizado la imagen del cuerpo, cuyos diferentes miembros tienen cada uno una función importante y distinta. El Espíritu del bautismo forma ese único Cuerpo místico de Cristo. El Espíritu del bautismo llena los numerosos miembros, pero los une siempre como uno solo. El Espíritu del bautismo está en cada miembro, como lo estuvo para Jesús en la sinagoga de Nazaret. Ese Espíritu de nuestro bautismo nos unge a cada uno de nosotros como miembros del Cuerpo de Cristo para ser alegres, proclamar la libertad, traer una visión más clara, levantar a los oprimidos, anunciar el reino de Dios a todos. Como miembros diferentes del Cuerpo de Cristo, cada uno está llamado a hacer esto a su manera. Podemos enfrentarnos a la oposición o al rechazo, como hizo Jesús, pero siempre podemos volver a acudir con fe al Espíritu de nuestro bautismo, que sigue estando con nosotros.
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Lecturas de la Semana
Lunes: 2 Sm 5:1-7, 10; Sal 89 (88):20-22, 25-26; Mc 3:22-30
Martes: Hch 22:3-16 o 9:1-22; Sal 117 (116):1bc, 2; Mc 16:15-18
Miércoles: 2 Tim 1:1-18 o Tit 1:1-5; Sal 89 (88):4-5, 27-30; Mc 4:1-20
Jueves: 2 Sm 7:18-19, 24-29; Sal 132 (131):1-5, 11-14; Mc 4:21-25
Viernes: 2 Sm 11:1-4a, 5-10a, 13-17; Sal 51 (50):3-7, 10-11; Mc 4:26-34
Sábado: 2 Sm 12:1-7a, 10-17; Sal 5 (50)1:12-17; Mc 4:35-41
Domingo: Jer 1:4-5, 17-19; Sal 71 (70):1-6, 15, 17; 1 Cor 12:31 — 13:13 [13:4-13]; Lc 4:21-30
Los Santos y Otras Celebraciones
Domingo: Tercer Domingo del Tiempo Ordinario; Domingo de la Palabra de Dios
Lunes: San Francisco de Sales
Martes: La Conversión de san Pablo; Termina la Semana de Oración por la Unidad Cristiana
Miércoles: Santos Timoteo y Tito
Jueves: Santa Ángela de Merici
Viernes: Santo Tomás de Aquino
Sábado: Santa María Virgen