Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

Nuestro Bautismo

Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.”Sal. 39

En el Bautismo del Señor se manifestó la presencia del Espíritu que vino sobre El en forma de paloma y se oyó la voz del Padre dando testimonio de que Él era su Hijo amado, el Mesías esperado. Es por eso que se considera que este episodio es otra Epifanía. Así como hace una semana celebrábamos la manifestación de Dios hecho hombre para todos los pueblos, representados en los Magos, aquí se trata de la manifestación de Dios para el pueblo judío, que acudían al bautismo de Juan.

Ninguno de los que recibían el bautismo de Juan recibía el don del Espíritu, como lo recibió Jesús y lo hemos recibido todos nosotros. El mismo Juan lo expresó en una ocasión diciendo:

“Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.”Mateo 13:11

Ni el mismo Juan bautista recibiría el Bautismo que hemos recibido nosotros, con el Espíritu Santo, pues este comenzó después de la Ascensión de Jesús al cielo y del Pentecostés en el que los 12 fueron llenos del Espíritu Santo. Y enviados por Jesús empezaron a cumplir el mandato:

“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,…”Mateo 28:19

Nosotros tuvimos el privilegio de recibir ese Bautismo que Cristo mandó, para hacernos discípulos suyos e hijos e hijas de Dios ungidos por su Espíritu, pero como expresa el mismo mandato, necesitamos también ser enseñados a obedecer todo lo que Jesús enseñó:

“…enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”Mateo 28:20

“¿Pues como creerán si no se les predica? La fe viene por la predicación de la Palabra de Dios.”Romanos 10:17

Por ello la Iglesia pide que haya unos padrinos que garantizan junto con los padres esa educación en la fe, para que el bautizo sea recibido por el niño, no solo físicamente, mediante el agua, sino también espiritualmente, por la fe. Solo así se destapa el regalo del Bautismo, y puede empezar a vivirse y disfrutarse.

Lamentablemente en nuestro mundo muchos sin fe también bautizan a sus hijos, sin un sincero compromiso de educar a sus hijos en la fe, pues ellos mismos no la tienen y no la pueden dar, por ello hay tantos millones que no viven como hijos de Dios, no gozan de los frutos del Espíritu, no viven su bautismo, tienen el gran regalo de la vida eterna a su alcance, pero desaprovechado, sin conocerlo ni valorarlo.

Danos Señor la gracia de vivir cada día más plenamente tu Gran Don del Espíritu que nos diste en el Bautismo. Que empecemos a vivir la vida divina y eterna que por El recibimos.

Lecturas de la Semana

Lunes: Heb 5:1-10; Sal 110 (109):1-4; Mc 2:18-22
Martes: Heb 6:10-20; Sal 111 (110):1-2, 4-5, 9, 10c; Mc 2:23-28
Miércoles: Heb 7:1-3, 15-17; Sal 110 (109):1-4; Mc 3:1-6
Jueves: Heb 7:25 — 8:6; Sal 40 (39):7-10, 17; Mc 3:7-12
Viernes: Heb 8:6-13; Sal 85 (84):8, 10-14; Mc 3:13-19
Sábado: Heb 9:2-3, 11-14; Sal 47 (46):2-3, 6-9; Mc 3:20-21
Domingo: Is 8:23 — 9:3; Sal 27 (26):1, 4, 13-14; 1 Cor 1:10-13, 17; Mt 4:12-23 [12-17]

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