La Salvación Debe Ser Recibida Libremente
23er Domingo del Tiempo Ordinario
“Alaba, alma mía, al Señor.”Sal. 145
Muchos creen que por ser bueno no se puede condenar, razonan así: Dios es bueno y no me condenará, porque yo soy buena persona. La realidad es que ya fuimos condenados pues somos descendientes y seguidores de una generación pecadora que tomó el lado del diablo y no el de Dios. De ahí nuestra autosuficiencia, independencia de Dios, tendencias a los siete pecados capitales, a la rebeldía contra Dios.
Es la tendencia a dar la espalda a Dios y a endiosarnos por el engaño que puso el diablo para que mordieran el anzuelo y prefirieron creer al diablo que a Dios. Estamos del lado del diablo, expulsados del paraíso, y por eso necesitamos del Salvador.
Vino Jesús a salvarnos, a mostrarnos el camino de la verdad que lleva a la vida, frente al camino de la mentira que lleva a la muerte que es en el que ya estamos, en esta carne de pecado que nos lleva a la muerte. Por la desobediencia a Dios y por tomar el lado del diablo, sufrimos ceguera, desconocimiento casi total, malos entendidos que nos dividen, enfermedades y muerte.
Nos corresponde a cada uno salirnos del camino del diablo en el que nacimos, el del pecado, el del egoísmo, la soberbia, las idolatrías, y separación de Dios, y entrar en el camino de la Vida que es Cristo. Solo por la fe en El podemos recuperar la Vida:
“El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”Jn 3,18
Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al padre si no es por mí. Por ello no se trata de no ser mala persona según la propia cortedad de miras y visión distorsionada, no se trata de ser “buena” persona a tus ojos, ni de cumplir con algún precepto que decides cumplir a tu manera, ni de ir a misa…. No es eso lo que nos salva o lo que nos hace salir del camino de la condenación en el que estamos. Solo salimos de este camino si nos hacemos verdaderos discípulos de Cristo, y tomamos ese camino que lleva al padre que es El, siguiéndolo de cerca, siendo de sus ovejas que los escuchan y le siguen.
Jesús nos deja claro las condiciones para ser sus discípulos:
“Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”Jn 8,31
Entonces dijo Jesús a sus discípulos:
“El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga…”Mt 16,24
El que te creó sin ti no puede salvarte sin ti. Es cada uno el que debe dejar entrar a Jesús en su corazón, escuchándole y abriéndole la puerta, pues Él no puede entrar en tu alma y en tu vida si no le abres.
San Juan Crisóstomo | 13 septiembre
Nacido en Antioquía en el siglo IV y criado por su madre viuda, San Juan recibió una rigurosa educación clásica. Primero fue llamado a la vida ascética, llegando incluso a pasar un tiempo como anacoreta viviendo en una cueva cerca de Antioquía. Sin embargo, esta vida de extrema mortificación fue dura para su cuerpo físico, y finalmente regresó a la ciudad para recuperarse.
San Juan fue ordenado sacerdote en el año 298. Pasó los siguientes 12 años predicando en la Catedral de Antioquía, y fue muy probable que durante este tiempo se ganara el nombre de Crisóstomo, que significa “boca de oro”.
En el año 397 o 398 fue nombrado arzobispo de Constantinopla contra su voluntad. Este puesto colocó a San Juan en medio de la política imperial. Pero él no se dejó arrastrar. Mantuvo una casa modesta sin extravagancias y se negó a servir las suntuosas cenas para los suplicantes políticos que habían servido sus predecesores en el puesto. Predicó contra la corrupción y la decadencia y luchó por la reforma del clero, llegando incluso a deponer a obispos corruptos.
Por desgracia, esta elevada postura moral le granjeó enemigos entre los poderosos de la corte y de la Iglesia, que conspiraron contra él y, finalmente, San Juan fue exiliado a Armenia. Murió en el exilio en el año 407. Fue nombrado Padre de la Iglesia en el Concilio de Calcedonia en el año 451 y declarado Doctor de la Iglesia en 1568.
Lecturas de la Semana
Domingo: Is 35, 4-7/Sal 145, 7. 8-9. 9-10 (1)/Sant 2, 1-5/Mc 7, 31-37
Lunes: 1 Cor 5, 1-8/Sal 5, 5-6. 7. 12/Lc 6, 6-11
Martes: 1 Cor 6, 1-11/Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6 y 9/Lc 6, 12-19
Miércoles: 1 Cor 7, 25-31/Sal 44, 11-12. 14-15. 16-17/Lc 6, 20-26
Jueves: 1 Cor 8, 1-7.11-13/Sal 138, 1-3. 13-14. 23-24/Lc 6, 27-38
Viernes: 1 Cor 9, 16-19. 22-27/Sal 83, 3. 4. 5-6. 12/Lc 6, 39-42
Sábado: Nm 21, 4-9/Sal 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38/Flp 2, 6-11/ Jn 3, 13-17
Domingo Siguiente: Is 50, 4-9/Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 (9)/Sant 2, 14-18/Mc 8, 27-35
Conmemoraciones de la Semana
Domingo: 23er Domingo del Tiempo Ordinario
Lunes: San Pedro Claver Corberó, sacerdote
Miércoles: Día de los patriotas (EEUU)
Jueves: El santísimo nombre de María
Viernes: San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia
Sábado: La exaltación de la santa cruz
Domingo Siguiente: 24to Domingo del Tiempo Ordinario