Ver con Ojos De Dios
26to Domingo Tiempo Ordinario
“Guarda el mandamiento, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesus, nuestro Señor”1 Timoteo 6:14
Necesitamos ver con la sabiduría de Dios, con la mirada de ciudadanos del cielo, como hijos suyos, iluminados por la palabra de Dios; solo así podemos querer los valores del cielo y poner en ellos el corazón, y no en los de la tierra, como nos pide Dios (Col 3,3).
El mundo está en tinieblas, es el modo natural de nuestra condición humana, el desconocimiento, la ceguera del instinto carnal, la voluntad humana inclinada al pecado, jalada por la carne que tiende al pecado, a la soberbia, avaricia, ira, envidia, gula, lujuria, pereza, entronizados en este mundo, y presentados por los hombres sin luz como los ideales a alcanzar: honores, riquezas y placeres.
Dios nos ha ofrecido su vida divina, ser ciudadanos del cielo, aspirar a los bienes del cielo más que a los de la tierra. Para ello debemos escuchar más a Dios que al mundo, pues este, desde la ceguera espiritual, nos quiere llevar a amar y poner el corazón en todo lo terrenal y pasajero, en ídolos, en falsas riquezas; nos lleva a amar el pecado, la autosuficiencia, la independencia egoísta, como vemos en el rico Epulón que no puede ver a su hermano Lázaro en necesidad, pues solo se ve a sí mismo.
Dios que es amor y verdad, quiere darnos a conocer riquezas verdaderas, las del cielo, los valo- res eternos, lo que llena nuestra alma mucho más que cualquiera de los ídolos o bienes de este mundo. Dios nos quiere llevar a conocer, experimentar y amar los frutos del Espíritu Santo que son los únicos que llenarán nuestra vida de verdadera felicidad, paz, bondad, etc. de lo que el mundo no nos puede dar.
Para detestar el pecado debemos dejar de nutrir el amor a él. Dejar de cultivar y de abonar esa planta que no da más que fruto amargo y está destinada a perecer; y cultivar en cambio la planta de la vida espiritual que se nos dio en el bautismo, cuyos frutos son sabrosos como ninguno: Amor, gozo, paz, paciencia, bondad, mansedumbre y dominio de si mismo. Y es una planta que no perecerá jamás.
De nosotros depende la que vamos a apreciar y cultivar, según en quien ponemos nuestra fe y confianza. Si confiamos más en nosotros mismos y en el mundo que en Dios, cultivaremos la de los frutos amargos, la del pecado, egoísmo y placeres efímeros. Si ponemos más nuestra confianza en Dios, cultivaremos la de Dios, la del Espíritu Santo que se nos dio en el bautismo, y experimentaremos frutos de vida.
“Del corazón del que cree en mi brotaran ríos de agua viva. Lo decía refiriéndose al Espíritu Santo que reciben los que creen en El.”Jn 7,37s
No puedo pretender cosechar naranjas si lo que siembro son ajos. Si alimento el amor al pecado, codiciándolo como los hombres sin fe, alimentando ese deseo, contemplándolo y escuchándolo, será imposible no cosechar sus frutos de muerte.
“No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos.”Gálatas 6,7ss
Lecturas de la Semana
Lunes: Job 1:6-22; Sal 17 (16):1bcd-3, 6-7; Lc 9:46-50
Martes: Job 3:1-3, 11-17, 20-23; Sal 88 (87):2-8; Lc 9:51-56
Miércoles: Job 9:1-12, 14-16; Sal 88 (87):10bc-15; Lc 9:57-62
Jueves: Dn 7:9-10, 13-14 o Ap 12:7-12a; Sal 138 (137):1-5; Jn 1:47-51
Viernes: Job 38:1, 12-21; 40:3-5; Sal 139 (138):1-3, 7-10, 13-14ab; Lc 10:13-16
Sábado: Job 42:1-3, 5-6, 12-17; Sal 119 (118):66, 71, 75, 91, 125, 130; Lc 10:17-24
Los Santos y Otras Celebraciones
Domingo: 26to Domingo Tiempo Ordinario; Domingo del Sacerdocio; Roshashaná (Año Nuevo judío) inicia al atardecer
Lunes: Santos Cosme y Damián
Martes: San Vicente de Paúl
Miércoles: San Lorenzo Ruiz y compañeros; San Wenceslao
Jueves: Los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Viernes: San Jerónimo
Sábado: Santa Teresita del Niño Jesús; Primer sábado