Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

El Pecado es Desprecio del Don de Dios

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

“Tú eres sacerdote para siempre.”Sal. 109

El pecado es un no a Dios, es rebeldía que brota de la ignorancia del ego humano, es desprecio de la vocación y misión que Dios nos da, de sus dones y de sus mandamientos, que son los mejores para enriquecernos y darnos plenitud de vida divina, entre los que está el especialísimo Don de su Cuerpo y Sangre.

Desde Adán, al que le fue dado todo el paraíso, la vida, la mujer carne de su carne, como perfecto complemento, etc. Pero decide desobedecer a quien le da todo, acusar a Dios de lo que le da: la mujer que me diste me la dio para comer. La ambición, han recibido todo y más de lo que necesitan para ser plenos, pero dejan entrar en ellos la semilla de engaño de la serpiente, para que codicien más: ser como Dios, conocer todo,…

También sucedió con el pueblo escogido, reciben el don de tener un Dios que los ha escogido no por ser los mejores, pues son el más pequeño, solo por amor. Les envió un líder para liberarlos de la esclavitud y llevarlos a la tierra que mana leche y miel, y saliendo ya muestran su desprecio de la liberación recibida. Añorando las cebollas de Egipto y quejándose a Moisés por sacarlos de allá.

Igual sucede con la alianza en el Sinaí. Dios llama a Moisés para darle su palabra, que muestra el camino de la vida y plenitud, pero el pueblo rechaza el don y prefiere irse con su becerro de oro y después con ídolos y dioses falsos.

Dios envía profetas, hombres santos para iluminar a su pueblo y guiarlo a la salvación y el pueblo los desprecia y los mata.

Envía a su propio Hijo con amor extremo por nosotros, para darnos su declaración de amor sin igual, alianza nueva y eterna, camino de la verdad que lleva a la Vida, muestra su divinidad y su amor con palabras y obras y el pueblo lo condena a muerte, y lo cuelga en la cruz, incluso los que se creen religiosos y fieles, y que no quisieron ni escucharlo ni conocer su mensaje.

Hoy nos sigue dando a su Iglesia, los sacramentos, su misericordia, su perdón, su cuerpo y sangre, y muchos siguen rechazando ese don de Dios, no solo los que no lo reciben físicamente, sino los muchos que lo reciben físicamente pero no espiritualmente, pues muestran en su vida no ser lo que Jesús es y quiere que seamos, don de amor para los demás.

Somos llamados a ser eucaristía, don sagrado (sacro dote) lo hemos recibido para darlo, para ofrecernos a Dios, pues todo lo que somos y tenemos es don de Dios para darle Gloria, para ofrecernos a Él, como sacrificio agradable, por amor y como don. Pero Dios quiso que nos ofrezcamos a Él ofreciéndonos y dándonos a los demás. Ha querido ser amado en los hermanos, para facilitarnos esa donación de nuestra vida. Ser eucaristía, caridad de Dios.

Reconoce a Dios en tus momentos ordinarios

Por Colleen Jurkiewicz Dorman

Este es mi Cuerpo
Una amiga de la escuela secundaria me preguntó una vez por qué llevaba un crucifijo alrededor del cuello. Ella era cristiana y muy devota, así que me sorprendió su confusión. “Para recordar el sacrificio de Jesús” dije.

Su labio superior se curvó con disgusto. “La cruz es una señal del sacrificio de Jesús,” dijo. “Ya no está en la cruz. Es realmente extraño que uses su cadáver.

Como alguien criada como católica, el Corpus era una imagen que conocía íntimamente. Teníamos crucifijos por toda nuestra casa, como todos los miembros de mi familia. Y por razones que no pude explicar del todo, las preferí a las cruces simples que vi en otros lugares. Las cruces parecían más elegantes, más refinadas, pero los Crucifijos parecían más completos. Más al punto.

El disgusto de mi amiga me obligó a reflexionar, como nunca antes lo había hecho, sobre la imagen del cuerpo de Cristo, herido, retorcido y torturado. ¿Por qué fue esta una imagen que me atrajo? No tenía mucho sentido para alguien que aborrecía tanto los cadáveres que me resultaba difícil mirar dentro de un ataúd en un velorio. Entonces, ¿qué había de diferente en esto?

Mi amiga no se equivocó: Cristo ya no está en la cruz. El sacrificio ha sido hecho. ¿Pero eso significa que se acabó? Lo representamos en cada Misa. Es el objetivo de todo lo que hacemos. Jesús no sacrificó su espíritu; sacrificó su cuerpo. El nos compró con cada rasgón de la carne, con cada gota de sangre.

La cruz es crucial, sí. Pero ese madero no sangró por nosotros. Si el cuerpo no fuera el objetivo, Jesús no se habría hecho humano en absoluto. Jesús necesitaba el cuerpo.

Nosotros también lo necesitamos.

“Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘Tomen: esto es mi cuerpo.'”Mateo 26:26

Lecturas de la Semana

Domingo: Génesis 14, 18-20/Salmo 109, 1. 2. 3. 4/1 Corintios 11, 23-26/Lucas 9, 11-17
Lunes: Génesis 12, 1-9/Salmo 32, 12-13. 18-19. 20 y 22/Mateo 7, 1-5
Martes:
Vigilia: Jeremίas 1, 4-10/Salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17, 1 Pedro 1, 8-12/Lucas 1, 5-17
Día: Isaίas 49, 1-6/Salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15/Hechos 13, 22-26/Lucas 1, 57-66. 80
Miércoles: Génesis 15, 1-12. 17-18/Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9/Mateo 7, 15-20
Jueves: Génesis 16, 1-12. 15-16 o Génesis 16, 6-12. 15-16/Salmo 105, 1-2. 3-4a. 4b-5/Mateo 7, 21-29
Viernes: Ezequiel 34, 11-16/Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6/Romanos 5, 5-11/Lucas 15, 3-7
Sábado: Génesis 18, 1-15/Lucas 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55/Mateo 8, 5-17
Domingo Siguiente:
Vigilia: Hechos 3, 1-10/Salmo 18, 2-3. 4-5/Gálatas 1, 11-20/Juan 21, 15-19
Día: Hechos 12, 1-11/Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9/2 Timoteo 4, 6-8. 17-18/Mateo 16, 13-19

Conmemoraciones de la Semana

Domingo: Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Martes: Solemnidad de Natividad de san Juan Bautista
Viernes: Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
Domingo Siguiente: Solemnidad de san Pedro y san Pablo, Apóstoles

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