El Templo y la Adoración
Dedicación de la Basilica de San Juan de Letrán
En todas las lecturas de hoy, el Templo es mencionado predominantemente. Ezequiel habla de aguas vivas que fluyen del Templo, regando el desierto, trayendo vida a todas las cosas vivientes, brindando salud y frescor al pueblo de Dios. Pablo recuerda a los corintios que su fe reposa sobre bases firmes, Cristo mismo. Más que eso, Pablo les revela que quienes siguen a Cristo son templos ellos mismos, templos del Espíritu Santo, es decir, que Dios no solamente habita con ellos, sino dentro de ellos. Para los judíos de los tiempos de Jesús, el Templo era identificado con la presencia de Dios y como el lugar santo en donde la verdadera adoración a Dios tenía lugar. Jesús tenía una percepción diferente. Jesús se identifica a sí mismo no con el Templo, sino como el templo. Al hacerlo, Jesús mostró un cambio dramático en lo que significa adorar a Dios, estar en la presencia de Dios. Ya no sería un sitio el centro de oración. Ahora una persona, la persona de Jesucristo, viene a ser el centro de nuestra adoración.
Vamos a Reflexionar sobre la Palabra de Dios
Primera Lectura: Vi salir agua del templo: Era agua que daba vida y fertilidad (Ez 47:1-2, 8-12)
Salmo: Vamos alegres a la casa del señor. (Salmo 121)
Segunda Lectura: Ustedes son templo de Dios (1 Cor 3: 9-11, 16-17)
Evangelio: Jesús hablaba del tempo de su cuerpo (Jn 2: 13-22)
Queridos hermanos y hermanas, Hoy 9 de noviembre, nosotros católicos celebramos la fiesta de la Catedral de San Juan de Letrán. La palabra “catedral” viene de “cátedra” es decir aquel lugar donde el cual se da una enseñanza. Así hablamos también de la cátedra universitaria, por ejemplo. ¿Y quiénes son los que ofrecen una enseñanza al pueblo de Dios en la Iglesia? En primer lugar y fundamentalmente los señores obispos sucesores de los Apóstoles porque los apóstoles son los testigos de la verdad de Jesucristo, esa verdad que quedó manifiesta con su resurrección.
El lugar desde el cual enseña un obispo es la catedral por eso en cada diócesis o arquidiócesis hay una sola catedral. Ahora bien, dentro de los Apóstoles fue voluntad de Jesucristo que hubiera uno. Al único al que le dijo “yo he orado por ti para que tu fe no desfallezca, y tu, una vez confirmado en la fe confirma a tus hermanos.” (Lc 22:32).
Pedro estableció su última y definitiva misión en el Imperio Romano en la capital, en la ciudad que era cabeza del imperio y que vino a convertirse, por la muerte de Pedro por ese testimonio de Pedro en la Diócesis por excelencia del mundo católico.
Vivamos la Palabra de Dios
Vivir con las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos no es tarea fácil, ni personal ni eclesiásticamente. Por otra parte, la presencia del Señor Jesús renueva a la Iglesia y nos ayuda a construir su reino lo mejor que podamos.
Lecturas de la Semana
Lunes: Ti 1:1-9; Sal 24 (23):1b-4ab, 5-6; Lc 17:1-6
Martes: Ti 2:1-8, 11-14; Sal 37 (36):3-4, 18, 23, 27, 29; Lc 17:7-10
Miércoles: Ti 3:1-7; Sal 23 (22):1b-6; Lc 17:11-19
Jueves: Flm 7-20; Sal 146 (145):7-10; Lc 17:20-25
Viernes: 2 Jn 4-9; Sal 119 (118):1-2, 10-11, 17-18; Lc 17:26-37
Sábado: 3 Jn 5-8; Sal 112 (111):1-6; Lc 18:1-8
Domingo: Pro 31:10-13, 19-20, 30-31; Sal 128 (127):1-5; 1 Tes 5:1-6; Mt 25:14-30 [14-15, 19-21]
Los Santos y Otras Celebraciones
Domingo: Dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán
Lunes: Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario; San León Magno
Martes: San Martín de Tours; Día de los Veteranos
Miércoles: San Josafat
Jueves: Santa Franscisca Xavier Cabrini
Sábado: San Alberto Magno; Santa María Virgen
Buenas Noticias
Tengamos más cuidado de mantener limpia nuestra parroquia, evitar de botar basura o pegar chicles en las bancas…
Deseo que todos se pregunten a sí mismos, ¿vengo a misa en los términos de Dios o en mis propios términos? Llegamos tarde no tomamos la señal de la cruz en serio. ¿Nos sentados e la parte de atrás del templo o en las esquinas y no permitimos que entren a tomar asiento en los espacios vacíos los demás? Tenemos a Cristo presente en varias formas cuando nosotros como pueblo de Dios vamos a Misa.
Tenemos a Dios que todo lo ve y conoce nuestros pensamientos, ¿quisiéramos que se nos tratara de la manera que nosotros tratamos nuestra eucaristía? ¿Por qué ponemos distancia entre Dios y nosotros mismos al sentarnos atrás del templo? Como una comunidad de Fe, hay mucha bondad, participación, y colaboración en María Inmaculada. Pues si no trabajamos para ser más mejores se puede echar a perder lo que ya se ha avanzado, hagamos el esfuerzo de estar temprano en el templo y participar durante toda la celebración Eucarística.
Tesoros de Nuestra Fe
Desde hace varias semanas, hemos considerado la penitencia como sacramento del perdón, y sin embargo hay otros dos sacramentos en esta categoría. La primera, por supuesto, es la Eucaristía misma. El otro es el sacramento de los enfermos, de largo asociado con la penitencia. La Carta de Santiago establece la tradición profunda de cuidar a los enfermos: enviando a los sacerdotes, para que oren e impongan sus manos sobre los enfermos, la unción con aceite, y darles el perdón. Mucho antes de que desarrollaran otros ritos de penitencia, el sacramento de los enfermos era, por lo tanto, una experiencia profunda del perdón. Jesús sanó a los enfermos a menudo, casi siempre como un signo visible del perdón de los pecados. La tradición no se desarrolla sin problemas, sin embargo, y dentro de algunos siglos el óleo de los enfermos fue llevado a casa para ser aplicado por los cuidadores como un bálsamo, o incluso para ser bebido como una medicina. Ya en el siglo II, los obispos fueron, por consiguiente, urgiendo que los sacerdotes deben ser los que visiten aquellos separados por una enfermedad de la asamblea dominical. Así, la práctica de consignar la Eucaristía y el óleo de los enfermos a los fieles no ordenados para llevar a casa se vivió relativamente corto.