Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

Tercer Domingo en Tiempo Ordinario

jesus-synagogue

El día 3 de febrero se celebra entre misas, mariachis, fuegos artificiales y muchas expresiones de religiosidad popular, la fiesta de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa en Honduras. Fue un sábado del mes de febrero, cuando Alejandro Colindres, un joven humilde labrador, y Jorge Martínez, un niño de ocho años, la encontraron. Según la tradición estos llegaron cansados a la quebrada del Piligüín. Acostándose sobre el suelo, Alejandro sintió lo que le parecía una piedra en su espalda. Por más que intentaba arrojarla lejos, cuando se acostaba sentía la misma piedra. Por fin en lugar de tirarla, la puso en su mochila y al amanecer descubrió que no era piedra sino una pequeña imagen de María (6.5 cm.) con rostro indígena tallada en madera. En 1780 se le construyó un templo y en 1796 se registró su primer milagro. El Papa Pió XII la proclamó Patrona de la República de Honduras en 1925. En las advocaciones latinoamericanas ella es nombrada como la fortaleza de los humildes.
Fray Gilberto Cavazos-Glz, OFM, Copyright © J. S. Paluch Co.

“Si tienes algo que perdonar, perdona rápido. El perdón lento es poco mejor que la ausencia de perdón.”
Sir Arthur Pinero

Lecturas de la Semana

Lunes: Hch 22:3-16 o 9:1-22; Sal 117 (116):1bc, 2; Mc 16:15-18
Martes: 2 Tim 1:1-18 o 9:1-22; Sal 24 (23):7-10; Mc 3:31-35
Miércoles: 2 Sm 7:4-17; Sal 89 (88):4-5, 27-30; Mc 4:1-20
Jueves: 2 Sm 7:18-19, 24-29; Sal 132 (131):1-5, 11-14; Mc 4:21-25
Viernes: 2 Sm 11:1-4a, 5-10a, 13-17; Ps 51 (50):3-7, 10-11; Mc 4:26-34
Sábado: 2 Sm 12:1-7a, 10-17; Sal 51 (50):12-17; Mc 4:35-41
Domingo: Jer 1:4-5, 17-19; Sal 71 (70):1-6, 15, 17; 1 Cor 12:31 — 13:13 [13:4-13]; Lc 4:21-30

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Tercer Domingo del Tiempo Ordinario; Semana de las Escuelas Católicas
Lunes: La Conversión de san Pablo; Termina la Semana de Oración por la Unidad Cristiana
Martes: Santos Timoteo y Tito
Miércoles: Santa Ángela de Merici
Jueves: Santo Tomás de Aquino
Sábado: Santa María Virgen

“La felicidad nunca será nuestra si no reconocemos en algún grado que las bendiciones que Dios nos dio son para el bienestar de todos.”
Anónimo

Colores Litúrgicos

En la Iglesia cristiana no todos los miembros desempeñan el mismo ministerio. Esa diversidad de ministerios se manifiesta exteriormente en la celebración de la Eucaristía por la diferencia de las vestiduras sagradas que, por lo tanto, deben sobresalir como un signo del servicio propio de cada ministro. El sacerdote, en el tiempo ordinario, usa la casulla de color verde en la Misa, sobre todo los domingos, a excepción de los días festivos y de los mártires. La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende expresar, con más eficacia, aún exteriormente, tanto el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran, como el sentido progresivo de la vida cristiana en el transcurso del año litúrgico. El color verde se usa en los Oficios y en las Misas del Tiempo Ordinario. El verde es símbolo de la esperanza, cuando todo florece, reverdece y se renueva.

“Una palabra cálida puede calentar tres meses de invierno.”
Proverbio japonés

Papa Francisco

“A Jesús se lo conoce siguiéndolo, antes que estudiándolo”

Así lo ha dicho esta mañana Papa Francisco en la homilía de la Misa de Santa Marta. Cada día, explicó, Cristo nos pregunta “quien” es Él para nosotros, podemos responderle solo si vivimos como sus discípulos.

Es una vida de discípulo, más que una vida de estudioso, lo que permite al cristiano conocer verdaderamente a Jesús. Un camino tras los pasos del Maestro, donde se pueden entrelazar testimonios límpidos con traiciones, caídas y nuevos empujes, más que una aproximación de tipo intelectual. Para explicarlo, Papa Francisco toma como modelo a Pedro, que el Evangelio del día representa al mismo tiempo como un “valiente” testigo –es el que a la pregunta de Jesús: ‘¿Quién decís que soy yo?’, afirma: ‘Tú eres el Cristo’- y también como “adversario”, cuando siente que debe corregir a Jesús, que acababa de anunciar lo que sufriría y como moriría, para después resucitar. “Muchas veces”, observa el Papa, “Jesús se dirige a nosotros y nos pregunta: ‘¿Quién soy yo para ti?’ obteniendo “la misma respuesta de Pedro, que hemos aprendido en el Catecismo”, pero no es suficiente: “Parece que para responder a la pregunta que todos escuchamos en nuestro corazón –‘¿Quién es Jesús para nosotros?’- no es suficiente lo que hemos aprendido, estudiado en el catecismo, que es importante estudiarlo y conocerlo, pero no es suficiente. Para conocer a Jesús es necesario hacer el mismo camino que hizo Pedro: después de esta humillación, siguió caminando con Jesús, ha visto los milagros que Jesús hacía, ha visto su poder, ha pagado los impuestos, como le dijo Jesús que debía hacer, ha pescado un pez, cogido una moneda, ha visto muchos milagros de ese tipo. Pero, en un determinado momento, Pedro ha renegado de Jesús, le ha traicionado, y ha aprendido esa difícil ciencia -más que ciencia, sabiduría- de las lágrimas, del llanto”. Pedro, prosigue el Papa Francisco, pide perdón a Jesús y, a pesar de esto, después de la Resurrección, Él le interroga tres veces en a playa de Tiberíades, y probablemente, dice el Papa, al reafirmar su amor total por su Maestro llora y se avergüenza al recordar las tres veces que renegó de Él.

“Esta primera pregunta -‘¿Quién soy yo para vosotros, para ti?’- a Pedro, solo se entiende junto a un camino, a un largo camino, un camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús a Pedro y a sus discípulos no les dijo: ‘¡Conocedme!’, sino que les dijo: ‘¡Seguidme!’. Y en este seguir a Jesús nos hace conocerle. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, y con nuestros pecados, pero seguirle siempre. No es un estudio de cosas, que es necesario, sino una vida de discípulo”.

Se necesita, insiste Papa Francisco, “un encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y nuestras debilidades”. Pero, añade, es también “un camino que no podemos recorrer solos”. Es necesaria la intervención del Espíritu Santo.

“Conocer a Jesús es un regalo del Padre, es Él el que lo da a conocer; es un trabajo del Espíritu Santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros. Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús y de darnos este sentido de Cristo. Miremos a Jesús, Pedro, los apóstoles y escuchemos en nuestro corazón esta pregunta: ‘¿Quién soy yo para ti?’. Y como discípulos pidamos al Padre que nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, que nos explique este misterio

Accessibility Statement