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Iglesia Católica / Pacoima, CA

Amar es Agradar a Dios

Vigésimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario

“Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.”Lucas 15:6

Solo el que busca la voluntad de Dios sabe de amor. Y es que el que no busca la voluntad de Dios está aún endiosado, montado en su egocentrismo, pues si no tiene a Dios en su lugar de PRIMERO, es él quien está en primer lugar, y el desorden egoísta no sabe de amor verdadero, pues es sordo y ciego para con los demás, ya que solo se escucha a sí mismo. Todo lo hace para su propia conveniencia y buscando su propio interés, lo opuesto del amor descrito en 1 corintios 13,4ss.:

“El amor es paciente, es bondadoso; … no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…”

Así nos ama Dios, deja todo para encontrarnos y darnos vida.

“Alegraos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.”Lc 15,4ss

Os digo que, de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento. Por ello dice 1 Juan 5,2:

“En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos.”

Y sus mandamientos no son pesados. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y lo que nos da la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

Pocos saben actualmente de este amor verdadero, pues es frecuente pensar que amor es querer al otro, cuando esto tiene que ver con el deseo egoísta, o en el mejor de los casos llegamos a pensar que amar es agradar al amado, pero esto también puede tener mucho de mutua complacencia, que lejos de ser edificante podría ser dañina, si no se está en sintonía con la voluntad de Dios, que es el verdadero bien, y por tanto el mejor modo de amar al prójimo.

En suma, podemos decir que amar no es querer, ni siquiera agradar al otro, sino que el verdadero amor es buscar la voluntad de Dios para el otro, pues ese es su verdadero bien y lo más grande que podemos hacer por él.

Obviamente el querer a alguien a nivel de sentimientos, o el sentir simpatía por él, facilita mucho todo, pues hace agradable la relación y le nace a uno buscar su bien. Pero la verdad es que no se necesita sentir ese agrado hacia alguien para poderle amar de verdad, es decir para poderle ayudar y edificar, para hacerle el bien según la voluntad de Dios; Esto podemos hacerlo incluso a alguien que no nos simpatiza o a algún enemigo, o a alguien que nos haya hecho algún daño, pues para amar no se requiere sentimiento sino voluntad y lucidez de fe.

Lecturas de la Semana

Lunes: 1 Cor 11:17-26, 33; Sal 40 (39):7-10, 17; Lc 7:1-10
Martes: 1 Cor 12:12-14, 27-31a; Sal 100 (99):1-5; Lc 7:11-17
Miércoles: Nm 21:4b-9; Sal 78 (77):1bc-2, 34-38; Fil 2:6-11; Jn 3:13-17
Jueves: 1 Cor 15:1-11; Sal 118 (117):1b-2, 16ab-17, 28; Jn 19:25-27 o Lc 2:33-35
Viernes: 1 Cor 15:12-20; Sal 17 (16):1bcd, 6-8b, 15; Lc 8:1-3
Sábado: 1 Cor 15:35-37, 42-49; Sal 56 (55):10c-14; Lc 8:4-15
Domingo: Am 8:4-7; Sal 113 (112):1-2, 4-8; 1 Tim 2:1-8; Lc 16:1-13 [10-13]

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Vigésimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario; Día de los Patriotas; Día de los Abuelos
Lunes: El Santísimo Nombre de la Virgen María
Martes: San Juan Crisóstomo
Miércoles: La Exaltación de la Santa Cruz
Jueves: Nuestra Señora de los Dolores
Viernes: Santos Cornelio y Cipriano
Sábado: San Roberto Belarmino

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