Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

La Meta es el Cielo

Segundo Domingo de Cuaresma

“Siempre confiaré en el Señor.”Sal. 115

En la transfiguración Jesús nos abre una ventana del cielo, para recordarnos que esta tierra no es el destino final, sino el camino a la vida eterna, a la salvación. Pero curiosamente no hablamos casi nunca del cielo o de la salvación, pese a ser de lo que más nos habló Jesús. Estamos en un tiempo en donde la gente no quiere oír nada del más allá, pues somos tan facilistas que solo queremos creer lo que tocamos y vemos, encerrados en el aquí y ahora, como dice el adagio que menciona san Pablo: comamos y bebamos que mañana moriremos.

Pero nada de esta vida no tendría sentido si no fuera para la vida eterna, como menciona también San Pablo: Si solamente para este mundo tenemos puesta la esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de los hombres.

Es cierto que ya en esta vida encontramos recompensa a nuestra fe, pues el vivir con fe, nos lleva a ser más felices, a tener esperanza, sentido para vivir, para luchar y sufrir, para la cruz de cada día, nos da amor para todo lo que hacemos, etc. Pero esto es nada comparado con el logro más grandioso de nuestra fe, que es la vida eterna, sin el cual nada de esta vida tendría sentido, ni lo bueno ni lo malo.

El pueblo que peregrinaba en el desierto iba movido por un sueño, el de la tierra prometida, tierra que mana leche y miel. Es lo que les hacía avanzar, y les estimulaba a no instalarse en la comodidad de lo estable y del asentamiento. También nosotros hemos de vivir como peregrinos en este mundo, sin anclar aquí nuestras tiendas ni poner aquí nuestro corazón, pues somos ciudadanos del cielo, y peregrinamos en este destierro hacia él.

Si vivimos solo encerrados en el aquí y ahora, solo para este mundo, seríamos ciegos e irracionales, sin un sentido, sin norte, sin rumbo, como ovejas sin pastor, sin nada por lo que luchar, sin camino por delante, sin nada que superar, sin metas ni nada en lo que crecer, como estancados en el barro de este mundo ciego, donde lo único que les interesa es el estar fisicamente bien, sin querer pensar en la muerte ni menos en lo de después de la muerte. Se tapan los ojos de la mente para no mirar eso, y quedar viendo solo lo que les agrada hoy.

Necesitamos abrir los ojos a la realidad y a la verdad, especialmente a estas verdades que nos han sido reveladas por Dios mismo para darle sentido a nuestra vida, para que tengamos vida en abundancia, eterna. Si le damos la espalda y no queremos ni escuchar, estamos cerrándonos al gran don de Dios, al don de la Vida.

Es como si llega un multimillonario a darte millones y no quieres abrirle la puerta, prefieres seguir en tu miseria. Así hace el ser humano en su necedad y engaño, pues sin la luz de Cristo estamos en tinieblas y no sabemos distinguir los valores verdaderos de los falsos. SEÑOR DANOS TU LUZ, DEVUÉLVENOS LA VISTA, POR MISERICORDIA.

Lecturas de la Semana

Domingo: Gn 22, 1-2. 9-13. 15-18/Sal 115, 10. 15. 16-17. 18-19 (115, 9)/Rom 8, 31-34/Mc 9, 2-10
Lunes: Dn 9, 4-10/Sal 78, 8. 9. 11 y 13/Lc 6, 36-38
Martes: Is 1, 10. 16-20/Sal 49, 8-9. 16-17. 21 y 23/Mt 23, 1-12
Miércoles: Jr 18, 18-20/Sal 30, 5-6. 14. 15-16/Mt 20, 17-28
Jueves: Jr 17, 5-10/Sal 1, 1-2. 3.4 y 6/Lc 16, 19-31
Viernes: Gn 37, 3-4. 12-13. 17-28/Sal 104, 16-17. 18-19. 20-21/Mt 21, 33-43. 45-46
Sábado: Miq 7, 14-15. 18-20/Sal 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12/Lc 15, 1-3. 11-32
Domingo Siguiente: Ex 20, 1-17 o 20, 1-3. 7-8. 12-17/Sal 18, 8. 9. 10. 11 (Jn 6, 68)/1 Cor 1, 22-25/Jn 2, 13-25
Escrutinio: Ex 17, 3-7/Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9 (8)/Rom 5, 1-2. 5-8/Jn 4, 5-42 0 4, 5-15. 19-26. 39. 40-42

Conmemoraciones de la Semana

Domingo: 2do Domingo de Cuaresma
Miércoles: San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia
Domingo Siguiente: 3er Domingo de Cuaresma

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