Y Tú, ¿Cómo Decides?
Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario
“Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude.” Lucas 10:40
Meditemos con Jesús
Las elecciones que hacemos en la vida, tienen profundas raíces y enormes consecuencias, sin embargo, las tomamos a la ligera, como ingenuamente, como si se tratase de escoger entre arroz o espagueti.
Pero cuando uno peca le está diciendo a Dios: no te creo, no te quiero, me fío más de mí que de ti. Le está tapando los ojos y la boca a Dios, o mejor dicho se los tapa a sí mismo para en ese momento no ver a Dios porque quiere hacer algo a sus espaldas.
La persona que decide no creer en Dios, ni acercarse a Él, o creer en el Dios que quiere inventarse en su mente, sin entrar en la Iglesia que Él nos dejó, para acercarnos a Él, le está diciendo a Dios eso mismo: no te quiero, no te creo, me fio más de mí.
Pero eso es lo que le está diciendo también a la Iglesia entera, a miles de obispos y curas, a todas las monjas y monjes consagrados a Dios, a todos los creyentes y santos del pasado, del presente y del futuro: estáis equivocados, estáis perdiendo el tiempo, habéis invertido la vida inútilmente, habéis basado vuestra vida en una mentira. Creen que estudiar teología, ir a retiros, orar, escribir sobre Dios, etc. es pura pérdida de tiempo o lo que es peor, perjudicial propagación de mentiras represivas.
Esto sucede sin conciencia de tal cosa, sin pensarlo, pero si ponemos luz y hacemos explícito lo implícito, esto es lo que encontramos tras estas posturas, tomadas a la ligera y con aparente inocencia o ingenuidad, pareciendo que todo es igualmente válido, como si de cualquier bufet se tratara para tomar o dejar al propio antojo de cada uno.
Creen que, no yendo a misas, a congresos, a retiros etc., no se están perdiendo de nada, creen que orar o ir a misa es engañarse o perder el tiempo. Creen que en la confesión no se recibe nada, ni en la eucaristía, creen que no es realmente el cuerpo de Cristo, pues si lo creyeran querrían recibirlo y no se lo perderían; pero en la realidad les da igual recibirlo que no recibirlo, es un cero a la izquierda.
Pueden ver sólo la apariencia, lo exterior, lo humano, y admirar algunos frutos humanos, tanto de los que creen como de los que no creen, para ellos eso de creer es lo de menos, pues solo ven lo exterior, lo aparente y superficial, no se dan cuenta de la diferencia abismal que hay entre el que está unido a Dios y el que no lo está, pues uno está preparado para morir sin temor y el otro debería estar aterrorizado de que se acabe su vida en este mundo.
María estaba a los pies de Jesús, escuchándole. Jesús dijo que ella escogió la major parte … Es importante el quehacer, para funcionar en este mundo. Pero la escucha y meditación de la Palabra de Dios es necesaria, para tener la Vida divina y eterna.
La acción y las decisiones, deben estar iluminadas e impulsadas por la luz de Dios, por la meditación de su palabra, no por el mundo ni por el egoísmo humano.
Lecturas de la Semana
Lunes: Miq 6:1-4, 6-8; Sal 50 (49):5-6, 8-9, 16bc-17, 21, 23; Mt 12:38-42
Martes: Miq 7:14-15, 18-20; Sal 85 (84):2-8; Mt 12:46-50
Miércoles: Jer 1:1, 4-10; Sal 71 (70):1-4a, 5-6ab, 15, 17; Mt 13:1-9
Jueves: Jer 2:1-3, 7-8, 12-13; Sal 26 (25):6-7ab, 8-11; Mt 13:10-17
Viernes: Cant 3:1-4b o 2 Cor 5:14-17; Sal 63 (62):2-6, 8-9; Jn 20:1-2, 11-18
Sábado: Jer 7:1-11; Sal 84 (83):3-6a, 8a, 11; Mt 13:24-30
Domingo: Gen 18:20-32; Sal 138 (137):1-3, 6-8; Col 2:12-14; Lc 11:1-13
Los Santos y Otras Celebraciones
Domingo: Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario
Lunes: San Camilo de Lelis
Miércoles: San Apolinario
Jueves: San Lorenzo de Brindisi
Viernes: Santa María Magdalena
Sábado: Santa Brígida de Suecia; Santa María Virgen