Español English María Inmaculada
Iglesia Católica / Pacoima, CA

Fe

Segundo Domingo de Pascua

“Jesús añadió: ‘Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto.'” Juan 20:29

¡Qué diferencia hace la fe! La fe de la comunidad primitiva de los creyentes los llevó a elevarse más allá del egoísmo con el que tantos de nosotros luchamos a medida que crecían en comunión con Cristo y los unos con los otros. Su abnegación era un signo viviente del impacto de su fe en Jesucristo. No encontraron los mandamientos gravosos, sino que centraron sus vidas en el amor de Dios y del prójimo que Jesús enseñó a través de su vida, muerte y resurrección. Es bueno para nosotros recordar que la fe es un don. El camino de la fe no siempre es sencillo y a menudo está marcado por la duda y los momentos de debilidad. La fe de los apóstoles creció al experimentar a Jesús resucitado. Jesús seguramente sabía que necesitaban la paz que ofreció y la presencia del Espíritu Santo, al igual que nosotros que no hemos visto al Señor y sin embargo hemos llegado a creer en él.

De Dudar a Creer

El apóstol Tomás será por siempre recordado como el que dudó. Es un buen ejemplo que su experiencia se narre en el Evangelio de Juan. Todos dudamos a veces, y el “incrédulo de Tomás” nos muestra cómo pasar de dudar a creer, sabiendo que sobre todo Jesús resucitado estará con nosotros. Tomás no se guardó sus dudas para sí mismo, sino que las expresó en voz alta a sus compañeros de confianza. Solo podemos imaginar las conversaciones que hubo entre Tomás y los otros discípulos a medida que describían la paz que sentían después de que Jesús estuvo con ellos.
Las dudas de Tomás se disiparon de una vez por todas cuando Jesús le ofreció una prueba física de su Resurrección. No tenemos el tipo de prueba física que le fue mostrada a Tomás, pero podemos percibir la presencia de Cristo en la Eucaristía, en las palabras de la Sagrada Escritura, y en la presencia y acciones de los demás.

Una Fe Viva

El camino de fe a menudo mengua y fluye, con momentos cuando nuestra relación con el Señor es la fuerza que guía nuestras vidas, y momentos cuando estamos tentados a apartarnos de todo lo que sabemos que es verdadero, bueno y bello. En esos momentos cuando nos encontramos luchando con dudas o tentaciones, podemos seguir el ejemplo de Tomás y recurrir a compañeros de confianza, famillares y amigos fieles y llenos de fe, que nos apoyaran y mostraran el camino de la duda a la fe viva. Como los discípulos que estuvieron en la habitación cuando Jesús se apareció en medio de ellos, nosotros también recibimos el Espíritu Santo. Hoy, consideremos en dónde estamos en el camino de fe, recurramos a compañeros de confianza y al Espíritu Santo para que nos fortalezcan en el camino y saber que el Señor está con nosotros mientras vivimos y crecemos en relación con Cristo.

Lecturas de la Semana

Lunes: Hch 4:23-31; Sal 2:1-3, 4-9; Jn 3:1-8
Martes: Hch 4:32-37; Sal 93 (92):1-2, 5; Jn 3:7b-15
Miércoles: Hch 5:17-26; Sal 34 (33):2-9; Jn 3:16-21
Jueves: Hch 5:27-33; Sal 34 (33):2, 9, 17-20; Jn 3:31-36
Viernes: Hch 5:34-42; Sal 27 (26):1, 4, 13-14; Jn 6:1-15
Sábado: Hch 6:1-7; Sal 33 (32):1-2, 4-5, 18-19; Jn 6:16-21
Domingo: Hch 3:13-15, 17-19; Sal 4:2, 4, 7-9; 1 Jn 2:1-5a; Lc 24:35-48

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