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Iglesia Católica / Pacoima, CA

Juan el Bautista: ¿Patrón de los Ministerios de la Liturgia?

El Bautizo del Señor

“Juan los sacó de dudas, diciéndoles: ‘Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias.'” Lucas 3:16

Fue en el cuarto domingo de Adviento del pasado mes de diciembre cuando oímos hablar por primera vez del encuentro de los dos primos, Juan y Jesús. Entonces fue en el vientre de sus madres, Isabel y María. Ahora los primos se encuentran de nuevo en la orilla del río Jordán. Juan es ya muy conocido, tanto que la gente había empezado a preguntarse si era el Mesías tan esperado. Jesús, en cambio, está a punto de comenzar su ministerio. Se podría decir que Jesús entró en las aguas del Jordán como persona privada y salió de ellas como persona pública. La voz del cielo no dejó ninguna duda al respecto. Al llegar al final del tiempo de Navidad, nuestras lecturas hacen eco de Isaías y Tito (véanse las lecturas de Adviento y del día de Navidad) y, junto con el Salmo 104 de hoy, nos señalan a Pentecostés. Estamos en la cúspide de una nueva creación.

Juan el Bautista era lo que hoy podríamos llamar un “influenciador social”. La gente prestaba atención a lo que decía. Y lo que decía afectaba a las decisiones de la gente. Sin embargo, el Evangelio de hoy nos recuerda el objetivo último de Juan el Bautista: “Viene uno más poderoso que yo”. El Bautista camina por la fina línea que separa el llamar la atención sobre sí mismo con su ardiente predicación y luego redirigir esa atención hacia Jesús, el “Hijo amado”. Juan el Bautista podría ser considerado el “santo patrón” de quienes tienen el ministerio de lectores, ministros extraordinarios de la Eucaristía, cantores, ujieres, acólitos y músicos. ¿No es la enseñanza de Juan una buena meta para un ministro litúrgico (¡o cualquier otro!)? Arraigados en la gracia de su propio bautismo, los ministros deben ser lo suficientemente hábiles y confiados como para atraer la atención de la gente (¡o, al menos, no desviarla!) y luego volver a centrar gradualmente esa atención en Jesús. Es una responsabilidad dinámica e impresionante.

Lecturas de la Semana

Lunes: 1 Sm 1:1-8; Sal 116 (115):12-19; Mc 1:14-20
Martes: 1 Sm 1:9-20; 1 Sm 2:1, 4-8abcd; Mc 1:21-28
Miércoles: 1 Sm 3:1-10, 19-20; Sal 40 (39):2, 5, 7-10; Mc 1:29-39
Jueves: 1 Sm 4:1-11; Sal 44 (43):10-11, 14-15, 24-25; Mc 1:40-45
Viernes: 1 Sm 8:4-7, 10-22a; Sal 89 (88):16-19; Mc 2:1-12
Sábado: 1 Sm 9:1-4, 17-19; 10:1a; Sal 21 (20):2-7; Mc 2:13-17
Domingo: Is 62:1-5; Sal 96 (95):1-3, 7-10; 1 Cor 12:4-11; Jn 2:1-11

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: El Bautismo del Señor
Lunes: Primera Semana del Tiempo Ordinario
Jueves: San Hilario
Sábado: Santa María Virgen

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