Recogemos lo que Sembramos
Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario
“Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del reino de Dios.” Lucas 13:29
Por esto dice el dicho, si no te gusta lo que recoges, revisa que es lo que siembras. Esto debería llevarnos a los cris anos a revisar bien, pues somos llamados a ser santos, es decir felices, plenos de amor, y paz; deberíamos serlo, y si no lo somos es porque algo está fallando seriamente, ¿qué sembramos?, ¿qué alimento estamos dando a nuestras almas?
Si uno quiere ser arquitecto, tendrá que ir a una facultad de arquitectura y empaparse de todos los conocimientos que pueda sobre esa área. No acabará siendo arquitecto si se pone a estudiar medicina o biología. Así también podemos meditar ¿Qué escuchamos más, al mundo sin fe o a la Iglesia de Cristo? ¿De qué estamos llenando más nuestras mentes, de paganismo o de verdades de fe? Recogeremos según lo que sembremos.
Dicen que la mente es como un molino que te dará según lo que metas en él. Si metes piedras sacaras grava, si metes trigo, harina. ¿Qué dejamos entrar más en nosotros, trigo de Dios o cizaña y mentira? Si queremos ser santos no podemos nutrirnos de las men tiras y pasarnos pensando en el pecado, pues eso será lo que recojamos.
Si queremos vivir nuestra vocación cris tiana, nuestra vida nueva en Cristo, deberíamos ingeniárnosla para nutrir nuestra alma con el alimento que El mismo nos brinda por su palabra y por la Iglesia que es guiada por El mismo. De lo contrario no llegaremos a la meta a la que queremos llegar; sería como meternos en la facultad equivocada. Si quiero alcanzar la san tidad debo de buscar lo que me ayude a lograr esa meta, escuchar lo que me acerque a ella, y alejarme de lo que me impide y obstaculiza.
Si quiero ganar una medalla de natación no voy a entrenar diario boxeo, pues eso no me va a hacer mejor nadador. ¿Qué podemos hacer para acercarnos al ideal al que Dios nos llama? Si escuchamos al demonio y al mundo no vamos a mejorar; por el contrario, nos seguiremos alejando más y más de la meta. Si queremos seguir a Cristo, debemos de escucharlo a Él, por medio de sus mensajeros, sacerdotes y predicadores, en su Iglesia.
“Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen.”Juan 10
Pero no debería extrañarnos que no le amemos más ni nos acerquemos a la san tidad, si en lugar de escucharlo a Él, escuchamos mucho más a gente sin Dios y sin fe, al mundo y a nuestra carne. No debería extrañarse que no gane la competencia de natación el que estuvo entrenando boxeo; es natural que no pase los exámenes de arquitectura el que se meti ó a escuchar sobre biología. Si escuchamos todo el día al mundo, es natural que pensemos como el mundo y no tengamos la sabiduría de Dios.
“Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”Romanos 12
Lecturas de la Semana
Lunes: Vigilia: 1 Cr 15:3-4, 15-16; 16:1-2; Sal 132 (131):6-7, 9-10, 13-14; 1 Cor 15:54b-57; Lc 11:27-28 Día: Ap 11:19a; 12:1-6a, 10ab; Sal 45 (44):10-12, 16; 1 Cor 15:20-27; Lc 1:39-56
Martes: Ez 28:1-10; Dt 32:26-28, 30, 35cd-36ab; Mt 19:23-30
Miércoles: Ez 34:1-11; Sal 23 (22):1-6; Mt 20:1-16
Jueves: Ez 36:23-28; Sal 51 (50):12-15, 18-19; Mt 22:1-14
Viernes: Ez 37:1-14; Sal 107 (106):2-9; Mt 22:34-40
Sábado: Ez 43:1-7a; Sal 85 (84):9ab, 10-14; Mt 23:1- 12
Domingo: Is 66:18-21; Sal 117 (116):1, 2; Heb 12:5-7, 11-13; Lc 13:22-30
Los Santos y Otras Celebraciones
Domingo: Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario
Lunes: La Asunción de la Santísima Virgen María
Martes: San Esteban de Hungría
Viernes: San Juan Eudes