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Iglesia Católica / Pacoima, CA

El Fruto de Fe

Quinto Domingo de Pascua

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer.” Juan 15:5

En el Evangelio de hoy, Jesús compara nuestra relación con él usando como ejemplo una planta con muchas ramas. Nosotros seríamos las ramas, y estamos llamados a permanecer tan cerca de Jesús que demos fruto, amándonos
unos a otros como Cristo nos ama. Saulo dio el fruto de su fe mediante un testimonio impactante que atrajo a otros a Cristo. Y las ramas que crecieron en la Iglesia primitiva fueron extraordinariamente fructíferas. ¿Cuál es el fruto de tu
fe en Jesucristo?

Vid, Sarmientos y Frutos

Pocas actividades son tan decepcionantes como cultivar las plantas u hortalizas del jardín, regarlas y asegurarse de que reciban la luz del sol y los nutrientes, sólo para cosechar uno o dos vegetales, hortalizas o flores que demuestren todo el esfuerzo. Jesús usa la metáfora de la vid y los sarmientos para describir la proximidad con la que estamos llamados a permanecer junto a él, de forma que demos el fruto de su vida y amor en nuestra forma de vivir. Dice Jesús que cuando hacemos esto, damos gloria a Dios Padre, lo que Jesús hizo perfectamente a través de su vida, pasión, muerte y resurrección. Como las plantas que dependen del sol y de los nutrientes de la tierra, nosotros nos apoyamos en Jesús, el Señor, a través del él podemos hacer todo aquello para lo que estamos llamados. Sin el Señor, no podemos hacer nada.

Aprender de los Primeros

La historia de la Iglesia primitiva que escuchamos en los Hechos de los Apóstoles durante el tiempo de Pascua es educativo e inspirador. Aprendemos cómo la comunidad creció en su comprensión de lo que significa permanecer cerca de Jesús en las situaciones más difíciles. Ellos vivieron de palabra y de obra como Cristo había enseñado y dieron el fruto de su fe en sus decisiones cotidianas, en pequeños detalles y en momentos dramáticos. Frente a Saulo, que había perseguido a los cristianos y que se presentaba así mismo como discípulo, Bernabé se arriesgó a creer en el testimonio de Saulo. A través de Bernabé, la comunidad aceptó a Saulo y, como resultado, un número cada vez mayor de personas empezaron a creer en Cristo. Nosotros también estamos llamados a vivir de palabra y obra, tomando a pecho el mandamiento de Cristo de amarnos los unos a los otros, incluso cuando sea difícil hacerlo. Podemos inspirarnos en la forma en que los primeros creyentes se consolaron con el Espíritu Santo,
encontrando sabiduría y fuerza para cumplir los mandamientos y hacer lo que de agrada a Dios.

Lecturas de la Semana

Lunes: 1 Cor 15:1-8; Sal 19 (18):2-5; Jn 14:6-14
Martes: Hch 14:19-28; Sal 145 (144):10-13ab, 21; Jn 14:27-31a
Miércoles: Hch 15:1-6; Sal 122 (121):1-5; Jn 15:1-8
Jueves: Hch 15:7-21; Sal 96 (95):1-3, 10; Jn 15:9-11
Viernes: Hch 15:22-31; Sal 57 (56):8-10, 12; Jn 15:12-17
Sábado: Hch 16:1-10; Sal 100 (99):1b-3, 5; Jn 15:18-21
Domingo: Hch 10:25-36, 34-35, 44-48; Sal 98 (97):1-4; 1 Jn 4:7-10 o 1 Jn 4:11-16; Jn 15:9-17 o Jn 17:11b-19

Los Santos y Otras Celebraciones

Domingo: Quinto Domingo de Pascua
Lunes: San Felipa y Santiago
Miércoles: Cinco de Mayo
Jueves: Día Nacional de Oración
Viernes: Primer viernes

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